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Mostrando entradas de 2017

Cinco Segundos

Ahí va el tranvía otra vez, el 32. ¿Recuerdan que les había contado de un tranvía? Pero eso fue en otro lado, lejísimos de acá. Creo que no hay línea que conecte estas dos estaciones.  Pues sí, ahí va el tranvía otra vez. Es el mismo, estoy seguro de que es el mismo, solo que a este le falta un "3" en vez del "2" y los nombres de las estaciones son todos diferentes; hasta con otras letras. Aparte de eso, estoy seguro de que es el mismo, el mismo tranvía. Suena "bi-bi-bi" para avisarnos que vamos muy tarde. Suena "bi-bi-bi" para recordarnos que es mejor llegar un poco antes. También el sonido nos avisa que las puertas se van a cerrar (después, cuando alanza cierta velocidad, y pasa por una curva, hace estruendos horripilantes, como si estuvieran matando a un cerdo con un cuchillo). Una vez que las puertas se cierran, no hay vuelta atrás. Quién quedó afuera, quedó afuera. Y los que quedamos adentro no tenemos otro destino que esperar hast

El Rostro

  Hoy le tocó ver el rostro de la angustia frente al mar negro. Su mirada estaba vacía, pues todo lo que llenó sus ojos alguna vez se había perdido en la inmensidad del mar. Y como si fuera poco, un viejo que venía en el vagón se volvió hacia él. "¿Usted conoce el rostro de la desgracia?"  - Le preguntó, con una mirada inquisidora y como quién sabía exactamente lo que estaba pensando. "Claramente que por el de la privación no le tengo que  preguntar pues con sólo ver esas fisuras faciales que se le entrevén usted está más que enterado". Incómodo, con toda razón, el desgraciado le contestó que no, que no tenía ni idea de lo que estaba hablando y de que por favor tuviera la prudencia de no ofenderlo pues él simplemente pretendía dirigirse hasta la siguiente estación en la mayor paz posible.   -- Pedro Acevedo.